sábado, 12 de diciembre de 2015

Maria, Madre y Reina de México.


Diciembre, 1531. Una época en la que México era más bien Nueva España. Un indio llamado Juan Diego (Cuauhtlatoatzin  era su nombre chichimeca que significa “águila que habla”)  que mientras corría por los fríos poblados para su catequesis y la santa misa en la cumbre del cerro del Tepeyac ve a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo en su dialecto: 

”Juanito,  el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo".

El hombre maravillado intenta dar a conocer el mensaje al Obispo (el franciscano Juan de Zumárraga) pero no lo logra. Como el obispo no aceptó la idea, Juan Diego volvió a ver a la Virgen ese mismo día y ella le pidió que insistiese, esta fue su segunda visita.



Varias fueron las visitas de nuestra Señora ese mismo diciembre, todas recibidas por el Santo Juan Diego.  Entre los acontecimientos fueron que la Virgen (después de oír la respuesta del obispo de que a menos a que hubiese una prueba consistente se haría lo pedido por nuestra Madre Santísima) le dijese a su mensajero que pronto le daría aquella prueba que tanto necesitaban. Pero el 11 de diciembre,  Cuauhtlatoatzin no fue al Tepeyac porque halló a su tío Juan Bernardino enfermo, quien le pidió que al día siguiente fuera a Tlaltelolco en busca de un confesor, sintiendo ya muy próxima “su hora”.

 Juan Diego obedeció y salió muy de mañana (12 de diciembre), pero recordando la cita que la Virgen le había dado, un miedo lo inundo y temeroso de que lo entretuviera esperando y no lo dejara ir en busca del confesor, quiso evitar su encuentro y así, en vez de seguir, subió por entre el Tepeyac y el cerro al que estaba unido, pensando rodear el Tepeyac  y tomar ahí el camino de Tlaltelolco. En su camino la virgen le salió al encuentro y le explicó la situación de su tío. A esto respondió la Virgen María:

"Oye y ten entendido, hijo mío, el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige; no se turbe tu corazón; no temas esa enfermedad ni otra alguna enfermedad y angustia. ¿No estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo? No te apene, ni te inquiete otra cosa; no te aflija la enfermedad de tu tío, que no morirá de ella: está seguro de que ya sanó".

La tranquilidad volvió a él y entonces tomo la señal que la Virgen le había dado: Subió a la cumbre del cerro, corto cuantas hermosas flores pudo (lo cual era extraño y milagroso dado por el tipo de ecosistema y de temporada) y cubriéndolas con su tilma corrió a toda prisa hacia el obispo con la condición de solo abrir su tilma hasta cuando lo encontrase. 



Una vez ante el obispo, Juan Diego abrió su «tilma» y dejó caer las flores mientras que en el tejido  encontró estampa de manera inexplicable, la imagen de la Virgen de Guadalupe, y desde entonces aún se aprecia su imagen en la actualidad en la ahora Basílica de Guadalupe, como nuestra morenita lo había pedido.

Hoy en  día, la Virgencita ha sido un puente y abogada de los mexicanos a Dios. La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen de Guadalupe son extraordinarios. He de recalcar la palabra VENERAR que no es igual a IDOLATAR. Lo cual es totalmente diferente he de decir. La veneramos ya que nos recuerda a nuestra Madre que es la Madre de nuestro Señor, quien está muy cerca de Él y nos cuida para que también podamos acercarnos a su hijo. No la idolatramos ni adoramos (Solo a Dios Altísimo toda la Honra y Gloria)



Nuestro país debe considerarse afortunado porque María se haya aparecido en nuestras tierras, humildes y no tan llamativas.  Ella ya se ha aparecido en otros lugares del mundo, dando la buena nueva y acercando a sus “hijitos amados” a Dios. ¿Por qué a nuestro país? ¿Por qué en esa época?

Bueno, en mis pocos años como Mariana he notado varios aspectos.  María siempre se ha presentado a los más humildes y pequeños entre los más humildes y pequeños. Normalmente ha escogido a niños para esa la labor en sus apariciones más importantes pero Juan Diego no era para nada un niño. Bueno, en una época en donde España era la que gobernaba nuestro país y donde la palabra de un indígena casi no se tomaba en cuenta, María escogió a un indio, uno que perteneció a la más numerosa y baja clase del Imperio Azteca;  Al más humilde y pequeño de sus hijos.  Era muy devoto, bondadoso y trabajador.  Imagínate caminar o correr no sé cuántos kilómetros en el frio para ir al catecismo  y a misa cuando a muchos nos da pereza ir en carro cómodamente a misa. Aun por su “pequeñez” en este mundo, él tuvo el honor de ver a nuestra Madre de tan cercas y a todo color. 
Ahora, he investigado y hay algunos puntos curiosos que me gustaría compartir refiriéndose  la parte de los significados de la imagen en el ayate:



  • Cabello: Lleva el cabello suelto, lo que entre los aztecas es señal de virginidad.                                                                                                                                                                                 
  • Rostro: Su rostro es moreno, ovalado y en actitud de profunda oración. Su semblante es dulce y tierno,ademas de demostrar fuerza.                                                                                                                                               
  • Manos: Sus manos están juntas, en profunda oración. La derecha es más blanca y estilizada, la izquierda es morena y más llena, podrían simbolizar la unión de dos razas distintas.

                                
(Nota importante en esta época la unión entras las dos razas era totalmente denegada. Aquí demuestra que ni a nuestra Madre Santa ni a Dios mismo le importa nuestra etnia ni color de piel si no nuestro acercamiento hacia él.) 
  • Embarazo: Su gravidez corresponde a un embarazo casi en su última etapa.                                                                                                                                                                                        
  • Estatura: La estatura de la Virgen en el ayate es de 1.43 centímetros.                                                                                                                                                                          
  • El cinto: El cinto marca el embarazo de la Virgen. Se localiza arriba del vientre. Cae en dos extremos trapezoidales que en el mundo náhuatl representaban el fin de un ciclo y el nacimiento de una nueva era. En la imagen simboliza que con Jesucristo se inicia una nueva era tanto para el viejo como para el nuevo mundo.                                                                                                                                                                                                                               
  • Los rayos: La Virgen está rodeada de rayos dorados que le forman un halo luminoso o aura. El mensaje transmitido es: ella es la Madre de la luz, del Dios verdadero, ella lo hace descender hacia el “centro de la luna” (México de nátuahl) para que allí nazca, alumbre y dé vida.                                                                                                                                                                     
  • La luna: La Virgen de Guadalupe está de pie en medio de la luna, y no es casual que la palabra México en nátuahl son “Metz – xic – co” que significan “en el centro de la luna”.                                                                                                                                                                       
  • La flor de cuatro pétalos o Nahui Ollin: es el símbolo principal en la imagen de la Virgen, es el máximo símbolo nátuahl y representa la presencia de Dios, presenta a la Virgen de Guadalupe como la Madre de Dios y marca el lugar donde se encuentra Nuestro Señor Jesucristo en su vientre.


Otro punto curioso es que el  origen del se estima que Guadalupe podría provenir del término náhuatl coatlaxopeuh, que se pronuncia quatlasupe, con lo que su valor fónico resulta parecido al de la palabra en español Guadalupe.  Coa significa “serpiente”, tla equivale al artículo “la”, mientras que xopeuh significa “aplastar”, con lo que quedaría constituida la expresión “la que aplasta la (cabeza de la) serpiente”. 


Para concluir, La virgen María es nuestra madre. Ella siempre está pendiente de nosotros sus hijos.  Nunca nos deja y aun por las dificultades que nuestro tiempo, nación o contorno pase, su presencia y su amor estarán presentes. Jesús, su hijo y nuestro salvador nunca se quedara con los brazos cruzados cuando su madre le ruega por nosotros y nuestros obstáculos, como en el ejemplo de las bodas de Cana. 


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Adviento y como vivirlo.

El Adviento es el período que señala el comienzo del año litúrgico cristiano y comprende las cuatro semanas anteriores a la Navidad; inicia a partir del primer domingo después del domingo de "Cristo Rey". Y termina finalmente tras el día de la Epifanía (o El día de los 3 reyes magos). Es un tiempo de esperanza, trasformación y espera del Señor (tanto el recordatorio de su primera venida como en la espera de su segunda venida victoriosa). A medida que van pasando estas 4 semanas, en cada domingo se menciona en las lecturas de la misa sobre su venida (las dos más mencionadas). Y toda esta espera para el momento de una de las celebraciones de la Iglesia Católica: la Navidad, la Natividad de nuestro Salvador, Jesucristo. Es una temporada de amor, alegría y hermosos símbolos como la corona de Adviento, el color litúrgico de este tiempo (morado que significa penitencia), el nacimiento, el pino, entre otros.



El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.

 Pero no es necesario mencionar  lo mucho que la mercadotecnia y lo que el mundo nos bombardea para distraernos de este que es el verdadero fin de la navidad y del Adviento. Nos quieren dar la idea de que el punto es la parte superficial, la parte de los regalos, decoraciones y cenas a reventar. (Hermanos, mucho cuidado con las fiestas que nuestros amigos nos invitan, ustedes saben a lo que me refiero)


Incluso tampoco es el tema principal el que la familia se reúna (es importante mas no el tema principal). La iglesia entera se reúne para gritar al mismo tiempo al cielo: ¡ Marana-tha!  (Ven Señor) o ¡Maran-athá! (el Señor viene). El dejar entrar a Dios, que se hizo el más pequeño y humano (en la forma de bebe pues)  por la salvación de todos nosotros. Sabiendo que se entregaría años después hasta “terminar” en la crucifixión.

Todo el Adviento resuena  "Marana-thá" en las diferentes modulaciones que esta oración adquiere en las preces de la Iglesia.  Adviento es una nueva oportunidad de cambiar para bien. Llenar nuestros corazones de Jesús, en espera, como María nuestra madre lo hizo tras la anunciación.

Y entonces, ¿Qué podemos hacer para este Adviento?

Pues bien, como ya hemos visto, es un momento de espera, de esperanza y fe. Ir viendo en que estamos fallando para el siguiente año seamos mejores.

La palabra Adviento significa “llegada” y claramente indica el espíritu de vigilia y preparación que los cristianos deben vivir. Al igual que se prepara la casa para recibir a un invitado muy especial y celebrar su estancia con nosotros, durante los cuatro domingos que anteceden a la fiesta de Navidad, los católicos preparan su alma para recibir a Cristo y celebrar con Él su presencia entre nosotros.
Recuerdo que cuando cursaba catecismo, mis padres me decían que debía necesitaba limpiar mi corazón para el niñito Dios naciera en él, como un pesebre donde el descansara. Podrá sonar algo infantil sin embargo no podría ser más cierto. Pues es una nueva oportunidad de acercarnos a él y poder tener “un corazón limpio para recibirle”. ¿Quién le gustaría recibir a su invitado especial cuando su casa está sucia y desacomodada?



Entonces he aquí algunos ejemplos de lo que podemos hacer en nuestros hogares:

Para crear el ambiente espiritual propio del adviento, podemos preparar en casa, junto la familia, la "Corona de Adviento". Y hacer una pequeña oración cada vez que se tenga que prender una nueva vela.

Preparar el “Nacimiento”, una tradición mexicana en estas fechas (ojo de no poner al niño Dios aun, eso es mas de Navidad).
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Tener alguna meta para alcanzar, un vicio que queremos dejar (la computadora, las redes social, por ejemplo), algo que queramos mejorar, etc.

La Iglesia en su oración nos dice que nos preparemos por medio de las buenas obras.

Para concluir, este tiempo litúrgico de color morado nos invita a 3 cosas: Limpiar nuestros corazones, esperar la (primera y segunda) venida de nuestro Señor  y sobre todo, estar Alegres de la vida, esa vida que Dios nos da, de poder estar en familia y a ver pasado el semestre (si no es tu caso, mi más sincero pésame). Espero que pasen muy bonitas vacaciones y que Dios llegue de lleno a sus corazones.

Dios los bendiga.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Inicio y Bienvenida

Es mi primera vez que escribo en un blog, pero mi principal motor aquí es este: que los jóvenes sin importar sus gustos y estilos de vida conozcan mas Jesús y a la Iglesia. ¿Y quien mejor que un joven para entender a otro joven?

He de decir que hoy en día la juventud la tiene muy difícil tanto para su vida social, laboral y sobre todo la espiritual. Donde no es totalmente tomado en cuenta, se le bombardea de falsas promesas y de anti valores (en especial por los medios de comunicación). Donde no se toma en cuenta la voz de Dios incluso. Un mundo secular.

Pero, por mi experiencia en la vida he de decir que Dios, Jesús mismo ha estado junto a mi ayudándome en esos momentos dolorosos y difíciles. Y me gustaría compartir lo que me ha dicho y he aprendido junto con el para que otros se acerquen a El.


Y no solo hablare de temas demasiado conocidos, si no también algunos que no son tan tomados en cuenta pero aun así es una problemática o merece ser vista y comentada.

Y me gustaría que a medida que vaya escribiendo, ustedes den su opinión, sus experiencias.

Dios los bendiga.