Hace mucho que no escribo por aquí pues hace recién que entre a la escuela. Pero eso no es excusa. Volviendo al tema de este escrito , es bien conocido el ambiente en que se envolvía la sociedad y el mundo de los tiempo de Jesús para atrás, donde la mujer era realmente tomada como menos y donde era totalmente común la actitud machista en la cual se desenvolvía. Pero no vengo a hablar de esos señores, claro que no. Si no más bien de que aun en ese “ambiente” se encuentran relatos de mujeres que al tener a Dios en su corazón, hicieron grandes cosas. Como el titulo lo indica este es mi lista (NO EN ORDEN) de mujeres de la Biblia que más me han llamado la atención y que su historia sirve de inspiración para muchas de nosotras sobre como servir a Dios y a nuestros hermanos. ¡Empecemos!
NOTA: Voy a mencionar a nuestra Madre María al final, ya que ella ya es por excelencia nuestro ejemplo y por ahora me enfocare más en las mujeres no tan conocidas.
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1. Judit
Judit, una viuda hebrea que vivía en plena guerra de Israel contra el ejército Asirio, de bellas facciones, alta educación, enorme piedad, celo religioso y pasión patriótica, Judit descubre que el general invasor, Holofernes, se ha prendado de ella. Acompañada de su criada, la viuda desciende de su ciudad amurallada y sitiada por el ejército extranjero y, engañando al militar para hacerle creer que estaba realmente enamorada de él, consigue ingresar a su tienda de campaña. Una vez allí, en lugar de ceder a sus reclamos galantes, lo hace beber hasta emborracharlo.
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| "Judit y la Cabeza de Holofernes" de Christofano Allori |
Cuando Holofernes cae dormido, Judit lo decapita y siembra de esta forma la confusión en el ejército de Babilonia y obtiene de este modo la victoria para Israel.
Lo que me llamo la atención de Judit no fue que lograse seducir a Holofernes ni por lograr decapitarlo. Va más allá de eso. Se dice que Judit era viuda, antes casada con un rico, y hermosa, respetada por todos. Y no por su riqueza y belleza (eso es punto y aparte) si no por su acercamiento a Dios y su temor hacia Él.
“No había nadie que hablara la mínima palabra en su contra ya que procuraba agradar a Dios en todo” –Judit 8,8
Incluso en esos momentos de dificultad en que se encontraba su pueblo que ya habían perdido toda esperanza en Dios (incluso habían exigido al Señor condicionándolo a ponerlo a prueba).
Debo recalcar que el Libro de Judit es una novela histórica hebrea, contándonos que por encima de todo, la intervención de Dios. Es decir, todo el libro se refiere al modo en que Dios puede utilizar un instrumento humano (Judith en este caso) para obtener el resultado perseguido.
Judit es un ejemplo de mujer no solo por ser bella y llena de riquezas (físicas y espirituales) si no también una mujer fuerte, con carácter y espera en el Señor.
“Señor, Dios de Israel, dame fuerzas en este momento”------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
2. Ester
Ella era una hermosa doncella judía que, siendo huérfana e hija adoptiva de su primo Mardoqueo, se convirtió en la reina de Persia y de Media cuando se casó con el rey Asuero. Descendiente de la tribu de Benjamín, una de las dos tribus que constituían el Reino de Judá.
"Y Mardoqueo había criado a Ester, hija de su tía, porque era huérfana; y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya" (Ester 2:7).
Era muy hermosa. Tenía que serlo, pues el rey Asuero había ordenado que su imperio fuera reseguido y buscado para encontrar las mujeres más hermosas, y que éstas fueran traídas a Susa. Entre tanta belleza Ester fue considerado superior. Asuero se sintió cautivado por ella y la eligió para sustituir a la reina arrinconada Vasti.
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| Ester observando a lo lejos a Asuero |
La Biblia relata, además del proceso por el que pasa Ester para llegar a ser reina, el valor y la fe que tiene en Dios, al querer salvar a su pueblo judío, a pesar de sacrificar su posición como reina e incluso de su propia vida. ¿Pero porque incluso su vida?
Pues bien, ella era judía y su pueblo sufría y aunque muchas personas que al tener un puesto importante se olvidan de quienes le apoyaron y son parte de su pasado , Ester no fue así. Mostro ejemplo de carácter, valentía y decisión.
3. Rut
La historia de Rut comienza cuando el matrimonio formado por Elimelec y Noemí y los dos hijos de ambos, Malón y Quilión, abandonan su ciudad natal, Belén de Judá. La familia se instala en Moab, donde fallece Elimelec. A la muerte de su padre, Malón y Quilión toman por esposas, respectivamente, a Rut y a Orpá, dos muchachas moabitas. Sin embargo, también los dos jóvenes mueren poco tiempo después, y dejan a Rut y Orpá viudas y sin hijos. Al enterarse de que Dios ha vuelto a manifestar su favor a Israel, Noemí decide volver a su tierra. Orpá vuelve a casa con su familia, pero Rut decide acompañar a su suegra.
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| Rut junto a los segadores. |
Las dos viudas, sumidas en la miseria, regresan juntas a Canaán. Para alimentarse, Rut sale al campo a rebuscar en lo que deshechan los segadores y va a parar al campo de Booz, un pariente muy rico de Noemí. Éste se compadece de Rut y ordena a sus segadores que le dejen espigas suficientes para que pueda alimentarse. Más tarde, a instancias de su suegra, Rut se acuesta "a los pies de Booz", para ganarse su favor; Booz, complacido, decide tomarla por esposa y le restituye todas las propiedades de Elimelec a Noemí. La pareja acaba teniendo un hijo, Obed, que será padre de Jesé, padre del rey David;
“Quédate tranquila hija mía, pues hare todo lo que me pidas ya que todo el pueblo sabe que tu eres una mujer extraordinaria” (Rut 3,11)
Aunque Rut tiene una historia que podíamos considerar simple, detrás de ella demuestra que aun en la vida simple y en las dificultades, Dios en nuestras vidas puede volverlas extraordinarias
La fe de Rut es simple y transparente. Un servicio humilde y tranquilo, sin macha de orgullo o altivez espiritual. Rut no dice: “Alguien tiene que cuidar a esta anciana, y soy yo quien debe hacerlo”. Ella es símbolo y ejemplo la obediencia, fortaleza en las dificultades y el servicio en el amor.
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4. Maria Magdalena
María Magdalena alojó y proveyó materialmente a Jesús y sus discípulos durante su predicación en Galilea. Se añade que anteriormente había sido curada por Jesús:
“Le acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido curadas de enfermedades y espíritus malignos: María, llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios” (Lucas 8:1-3.)
Ella era hermana de Maria y de Lazaro y estuvo presente en la crucifixión y sepultura y vio donde Jesús era puesto.
La identidad de María Magdalena como María de Betania y “la mujer quien fue una pecadora” fue establecida en la homilía 33 que el papa Gregorio I dio en el año 591, en el cual dijo: “Ella, la cual Lucas llama la mujer pecadora, la cual Juan llama María (de Betania), nosotros creemos que es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos”
En compañía de otras mujeres, fue la primera testigo de la resurrección, según una tradición en la que concuerdan los cuatro evangelios. Después comunicó la noticia a Pedro y a los demás apóstoles. Según un relato que sólo aparece en el Evangelio de Juan, fue testigo de una aparición de Jesús resucitado.
No obstante, este personaje se le ha llegado a identificar como la mujer adúltera (de la que hablaremos más adelante) y de la mujer que unge los pies de Jesús. La liturgia romana, siguiendo la tradición de los Padres Latinos (incluyendo a Gregorio Magno) identifican los tres pasajes del Evangelio como referentes a la misma mujer: María Magdalena. La liturgia griega, siguiendo a los Padres griegos, sin embargo, las reconocen como tres mujeres distintas. La cuestión sigue abierta.
Formó parte de los discípulos de Cristo, estuvo presente en el momento de su muerte y, en la madrugada del día de Pascua, tuvo el privilegio de ser la primera en ver al Redentor resucitado de entre los muertos (Mc 16, 9).
Esta mujer que se podría considerar como la mujer más mencionada después de María (madre de Jesús), independientemente de quien se refiera, la historia de María de Magdalena nos recuerda a todos (hombres y mujeres) de que un discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad y nuestras limitaciones, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte como digo su santidad Benedicto XVI en 2006.
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5. La mujer hemorroisa
Un ejemplo, sin duda alguna, de Fe total es la de esta mujer. ¿Cuál es su nombre?, nadie lo sabe, ¿Cuánta era su edad?, nadie sabe. En si lo importante de esta mujer Hemorroísa (que es una mujer con desarreglo menstrual, una enfermedad que en su tiempo se consideraba avergonzaste.) es su aparición en el siguiente pasaje:
“Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto. Pues decía: ´Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré’. Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal.” (Marcos 5,25-29)
La función de la túnica de Cristo se interpreta como un símbolo de la salvación. No es la ropa la que salva a la mujer, sino la intención de su fe. Luego Jesús dándose cuenta de la fuerza que había salido de Él, se volvió entre la gente y decía: -“¿Quién me ha tocado los vestidos?”- Imagínense las caras de preocupación de los discípulos quienes sabían que todo mundo está encima de ellos. Pero Él miraba a su alrededor para descubrir a la que lo había hecho. La mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada ( ¿Quien no?, si siente que la van a regañar o algo por el estilo), se postró ante Él y le contó su problema.
Él le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad”
Ese gran acto de Fe, (que me recuerda al salto de Fe del ciego de Jericó) fue el que conmovió a Jesús. Vio en ella esa iniciativa y esperanza que nadie de nosotros debe perder.
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6. Isabel
Isabel, conocida por la Iglesia católica como Santa Isabel, fue la madre de Juan el Bautista, que siendo estéril pudo dar a luz a este hijo que fue profeta. Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril.
Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel (Arcángel Gabriel) de pie a la derecha del altar anunciándole que sus súplicas referidas a traer un niño al mundo habían sido escuchadas. Zacarías no creyó en las palabras del Arcángel y sintió temor, diciendo “¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?”. El dudo del poder de Dios. El ángel le dijo: “Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla”.
Zacarías quedó mudo tras el anuncio del ángel Gabriel y es Isabel la que pronuncia:
“No, se llamará Juan, lo que su marido confirmó por escrito. Zacarías recuperó más tarde el habla “(Lucas 1, 60-64).
Poco después Isabel, prima de María, que era una mujer ya entrada en años, quedó embarazada, pero se ocultó a la gente manteniendo su embarazo dentro de su casa.
Llena de gozo corrió a ponerse a disposición de su prima para ayudarle en aquellos momentos. Y habiendo entrado en su casa la saludó. En aquel momento, el niño Juan saltó de alegría en el vientre de su madre, porque acababa de recibir la gracia del Espíritu Santo al contacto del Hijo de Dios que estaba en el vientre de la Virgen.
También Santa Isabel se sintió llena del Espíritu Santo y, con espíritu profético, exclamó: “Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿De dónde me viene a mí tanta dicha de que la Madre de mi Señor venga a verme? Pues en ese instante que la voz de tu salutación llegó a mis oídos, la criatura que hay en mi vientre se puso a dar saltos de júbilo¡" Y permaneció la Virgen en casa de su prima aproximadamente tres meses; hasta que nació San Juan. San Juan Bautista nació seis meses antes de Jesucristo
Hoy en la actualidad hay muchas mujeres (y hombres) que al pasar por la tristeza de ser estériles (o otros sucesos) y quieren tener hijos pierden la esperanza y la confianza en Dios. No se desesperen, si Dios tuvo compasión de la anciana de Isabel, ¿Acaso el Señor no apoyaría a sus hijos en esos momentos (claro si esa es su voluntad ya que no conocemos que planes tenga para estas parejas). Bueno como notaron muchas de las mujeres que salen en la Biblia se les destaca por su confianza en Dios y en su servicio.
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7. Sara
En Sara, Dios derramó su gracia y demostró su poder que desafía toda lógica humana. Él la escogió para ser la portadora del hijo de la promesa, Isaac (Genesis. 17,19), de donde vendría el Mesías prometido. Dios convierte a una mujer estéril, avanzada en edad, en una mujer fértil. Pero viendo punto y aparte del milagro tan importante que Dios le hizo a ella y a la humanidad, veremos también una mujer con sus debilidades y fortalezas.
Ella tuvo que dejar y sufrir en muchas áreas que se describen en su historia. Porque a veces ser esposa de un hombre de Dios no es sencillo. Pensemos su situación: sin posibilidad de tener hijos (considerado como una desaprobación divina) pero a su vez trata de que no se note su tristeza.
“Sara se rió para sus adentros, diciendo: “¿Tendré placer después de haber envejecido, siendo también viejo mi señor?”, Génesis 18,12.
Ademas de ser una mujer de extremo carácter (para bien como para mal) y el haber dejado de que su criada procreara con su esposo no fue una buena idea, causando varios celos y malos tratos en ambas mujeres. Pero fuera de esos errores (somos humanos), podemos notar su esperanza de aun permanecer en Dios y aun lado de su esposo en esos momentos tan difícil, signo de fortaleza y Fe. Luego su Fe seria recompensada con su hijo Isaac (que significa “risa”).
“También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir, aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel a Aquél que lo había prometido”, Hebreos 11,11.
Una mujer perseverante, fuerte (pues aun al no estar acostumbrada hubo un tiempo que tuvo que acompañar a Abraham a largos viajes a la edad de los 60 años), una mujer dulce, con la virtud de mansedumbre.
Una confrontación entre Jesús y los escribas y fariseos sobre si la mujer debería ser apedreada. Con una sentencia terminante, Jesús avergüenza a los acusadores, y evita la ejecución.
“Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?” Juan 8,3-5
Tomando en cuenta de que era una manera de probar a Jesús a costa de la vida de esta mujer sin nombre (Pues si la defendía sería una clara contradicción a la Ley de Moisés pero si la dejaba morir, sus seguidores lo verían como un hombre sin corazón). Jesús en cambio, solo calla. Se inclina hacia el suelo, escribe en tierra con el dedo. Luego dice la conocida frase:
“El que esté libre de pecado que tire la primera piedra” Juan 8,7.
Muchos historiadores se atreven hasta afirmar que dijo “El que no haya cometido adulterio…”. Sabrán ustedes porque todos se fueron y dejaron a la mujer tranquila. Siempre me imagino a Jesús ayudándola a levantarse (Como hace con nosotros cuando caemos en el pecado y las tribulaciones), con una leve sonrisa.
“-Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?- Ella respondió: -Nadie, Señor-. Jesús le dijo: -Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más-.”
Imagínense la alegría de esa mujer y saber que Jesús mismo la había defendido de sus agresores. Jesús mismo nos trata a todos como a esa mujer: con misericordia y amor.
Esta mujer, que había tenido un pasado negro, fue iluminada por la paz de Cristo.
9. Marta y Maria
Ambas eran hermanas de Lázaro de Betania, y aparecen en los Evangelios. Según el evangelio de San Juan su casa estaba en Betania, que Jesucristo visitó en varias ocasiones; mientras que en el evangelio de San Lucas, sólo se menciona que Jesús "entró en una aldea". La historia se encuentra en Lucas 10,38-42.
Escenas destacadas en que intervinieron fueron: el descontento de Marta (la mayor) hacia María (la pequeña) por estar demasiado atenta a las palabras de Jesús y descuidar las tareas domésticas; En el Evangelio de Lucas (Lc 10,38-42, se menciona que cuando Jesús estuvo predicando en Galilea, se hospedó en la casa de Marta. Marta se dedicó a arreglar la casa, y a preparar la cena; María, en cambio, "se sentó a a los pies del Señor y se quedó escuchando su palabra" (Lucas, 10,39).
Marta, viendo esto, dijo: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para atender? Dile que me ayude." (Lucas 10,40).
Jesús reprochó a Marta de forma cortés y familiar, diciéndole " Marta, Marta, estás ansiosa e inquieta acerca de muchas cosas, pero de pocas cosas hay necesidad,o de una; porque María ha escogido la parte buena y que no se le será quitada".
Sentarse a los pies del Señor en una muestra de interés por la Palabra del Señor es lo que hizo María, en vez de ayudar con los preparativos. María tuvo una actitud de recogimiento y oración, mientras que Marta en ese momento tenía la preocupación por las cosas temporales.
Y no es que este mal estar al pendiente de nuestras actividades y precauciones sino más bien el ponerlas como lo principal, lugar que le corresponde a Jesús. Maria nos representa el cómo se debe tener a Jesús en primer lugar en nuestros corazones y Marta, ejemplo de servicio y apoyo.
Posteriormente, las volvemos a ver tras su duelo por la muerte de Lázaro, a quien Jesús resucita. Ellas le mandaron a decir que su querido amigo estaba enfermo, pero Jesús no fue a visitarlas antes de que aquel muriese. A su llegada, Marta salió a recibirle, mientras María permanecía en casa. Jesús le dijo a Marta que Lázaro iba a resucitar. Ella asumió que se refería al Día del Juicio Final, y después fue a llamar a María. Ella salió a su encuentro y al verle se tiró a sus pies y le dijo:
"Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”" (Jn, 11:32).
Jesús, al ver esta súplica y las lágrimas de ella, su hermana y todos los presentes, lloró conmovido por tanta emoción, y pidió que le llevaran a la tumba de Lázaro, al cual resucitó. Claramente Jesús demuestra el amor que siente por esta familia, y su amistad con ellos. Jesús no es un Dios insensible al dolor de nosotros, los hijos de la creación de su Padre.
También aparecen tras la resurrección de Jesucristo, de la que María fue de los primeros testigos, como María Magdalena -con quien a veces se la identifica-, María Salomé y la Virgen María. Estas mujeres fueron llenadas de bendición tras bendición por medio de Jesús, ellas que eran sus discípulas tuvieron la maravillosa oportunidad de conocerlo frente a frente, y que aun por sus defectos, Jesús las ama.
10. Maria , madre de Jesús.
Quien sin duda es un ejemplo de mujer por excelencia en María. María quien era desde sus inicios una mujer humilde, amable y obediente, el Señor le habla través del Arcángel para dar la anunciación desde muy joven.
“Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel, le dijo: -¡Alégrate, llena de gracia! El Señor está contigo.- ” Lucas 1:26-28
Pero aunque era la voluntad de Dios y la salvación de la Humanidad, dejo que ella tomara la decisión. Sabiendo de las consecuencias que le acarrearía (el desagrado de José, su marido. Lo que diría la gente e incluso su propia vida corría peligro). Ella acepta y exclama diciendo ser “la esclava del Señor”. Un acto enorme de humildad.
“La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros”- Profeta Isaias.
Casi todos nosotros conocemos el resto de la historia, las dificultades de ir a Belén, el parto en medio de un pesebre (con animales incluidos), la huida a Egipto, la vista de los reyes magos, el fallecimiento de José (que nunca se menciona pero se sabe que murió antes de la vida pública de Jesús), el inicio de la misión de su Hijo (que eso incluía no verlo tanto), el milagro de las Bodas de Cana, la Pasión y Crucifixión de su Hijo, la "Espada que le atravesó el corazón"… uh muchas cosas. Y “Todas estas cosas las guardaba en su corazón”. María no solo es un ejemplo del lado dulce de La mujer: amabilidad, humildad, belleza interna y externa, mansedumbre y obediencia. Si no también del lado de guerrera, donde se encuentra la fortaleza al ver a su hijo siendo injustamente castigado, la firmeza de que todo lo que sufrió era por una causa mayor. Y ahora, como ejemplo y madre nuestra, nos acompaña siempre y aun después de tantos siglos, ella sigue siendo una patente figura femenina de la vida en Dios.
La mujer siempre ha participado desde el origen del hombre en el Gran Plan de Dios, y ya sea ellas (las mujeres de la Biblia) como las santas y las mujeres que luchan actualmente por el Señor y su voluntad. Bueno, yo sé que hay muchas otras mujeres de las cuales hablar, pero estas, para mí, son las que más me han impactado (refiriéndome en la Biblia). ¿Cuál mujer de la biblia te ha sido de ejemplo?
Dios te bendiga.
